jueves, 11 de abril de 2013

TSÁCHILAS


 
Idioma: Tsa‘fíqui (verdadera palabra). Tiene cierta similitud en el léxico con el Chá palaa (idioma de la nacionalidad Chachi) y  con el Awapít (idioma de la nacionalidad Awá), pero a la vez registra grandes diferencias en el sistema fonológico,  sintáctico y en la estructura gramatical, por lo que se puede decir que son lenguas diferentes.

Origen: Descubrir los orígenes de lo que actualmente conocemos como nacionalidad tsáchila ha llevado a decenas de investigadores a realizar estudios profundos sobre el tema a lo largo de los dos últimos siglos. Aunque en algunos datos difieren esos trabajos, las coincidencias predominan.
Los Caras se fusionan con los Quitus y en períodos largos se van conformando y distinguiendo diferentes familias de las cuales es descendiente la rama de los Colorados.

Territorio: Su asentamiento tradicional fue paulatinamente invadido por la colonización, desarrollada a partir sobre todo de la década del 60.

Hoy constituye un eje económico de relación entre la Costa y la Sierra y centro de acopio y mercado de productos, en el cual se asientan empresas ganaderas, agroindustriales, plantaciones de palma y fábricas de procesamiento de aceites vegetales.

Dispone de 19 119 ha (una ínfima parte de su territorio ancestral) legalizadas por la comunidad. Al momento conservan de ellas sólo 9 060 ha, mientras que 9 940ha restantes han sido invadidas por colonos, que siguen ampliando sus  dominios sin respetar el derecho de posesión y adjudicación legalizado por el Estado. Los casos más críticos son los de la comuna Otongo Mapalí que perdió 2 378 ha de las 2 878 ha que le fueron adjudicadas, y de la Comuna Filomena Aguavil (Taguaza) que perdieron 136 ha de las 180 ha adjudicadas por el Estado; en esta última se asienta  un  grupo de 12 jefes de familia, con un total de 28 Tsáchilas y se encuentra en proceso de desaparición debido a que los propios líderes negocian sus parcelas.

Actualmente esta nacionalidad esta ubicada en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, en el cantón Santo Domingo, parroquia Puerto Limón. Su territorio es aproximadamente de 9.060 há y su población según el censo realizado en 1997 es de 21.394 habitantes, que se encuentra agrupada en ocho comunidades:

 Comunidad Cóngoma Grande (Santo Juan)

Comunidad Los Naranjos

Comunidad El Búho de los Colorados

Comunidad El Poste

Comunidad Peripa

Comunidad Chigüilpe

Comunidad Otongo Mapalí

En la actualidad, siete de las comunidades Tsa´chilas se han organizado jurídicamente como Comunas, con sus respectivos Cabildos y con una organización madre llamada Gobernación, organización que tiene el reconocimiento y relación directa con los gobiernos locales y el gobierno central.

 Ubicación

Geopolítica: Provincia Santo Domingo de los Colorados, parroquias Puerto Limón y periferia de la cabecera cantonal de Santo Domingo de los Colorados (La Aurora).

Accesos: Se puede acceder por la vía Aloag-Santo Domingo y de ahí al resto de comunidades.

Población y Organización Social: Según un censo realizado en 1 997, su población alcanzaba los 2 640 habitantes, que se encuentra agrupada en ocho  comunidades: Cóngoma Grande (Santo Juan), Los Naranjos, El Búho de los Colorados, El Poste, Peripa, Chigüilpe,  Otongo Mapalí y Filomena Aguavil (Tahuaza) asentados en la zona rural del Cantón de Santo Domingo de los Colorados.

Organización  sociopolítica:  Las  comunas,  que  son  uniones  de  familias  nucleares  con  vínculos  de consanguinidad  y  afinidad  patrilineales,  se  constituyen  en  núcleos  de  cooperación  y  ayuda  mutua. Tiene dos  formas de autoridad: el Cabildo, organización de nuevo tipo establecida por el Estado, y la tradicional con un jefe llamado "Miya", que legendariamente siempre ha sido un ―Pone‖ o ―Vegetalista‖, como su máxima autoridad. El Miya ordena las actividades cotidianas de la comunidad y cura las enfermedades, ya que tiene el poder que le dan los espíritus; es quien preserva la memoria colectiva y el saber de su pueblo y lucha por la defensa  de  su identidad y su cultura; por lo tanto, es el guía espiritual y conductor social y político.

La estructura organizativa de la Nacionalidad Tsa‘chila está constituida jerárquicamente por la Asamblea General, el  Consejo de Gobernación, los Cabildos Comunales y las Comisiones Comunales. Los Cabildos Comunales se sujetan a la Ley de Régimen de Comunas y presenta la terna para la elección del Teniente de la Comuna que los representa en el Consejo de Gobernación; ante su ausencia, lo sustituye el Gobernador. La Asamblea General es la máxima instancia y autoridad de resolución de la Nacionalidad Tsa‘chila y está compuesta                                   por          los       miembros Tsáchilas, mayores de 18 años,          de        las ocho comunidades. En el caso de la administración para las mejoras de obra y de justicia, los Cabildos son la primera instancia de solución; las resoluciones allí tomadas sirven como documento de antecedente para las resoluciones de otras instancias.

El Gobernador es la autoridad inmediata y representativa de la nacionalidad Tsáchila y es electo en forma democrática en Asamblea General, con voto secreto; su nombramiento es de carácter vitalicio, sin ser hereditario.  Legendariamente, siempre el Miya ha sido Pone y puede ser destituido por causas especiales contempladas en el Estatuto.

El Consejo de Gobernación está conformado por los Tenientes de las Comunas y está presidido por el Gobernador y, en su ausencia, por el Presidente del Cabildo. Actualmente, la nacionalidad Tsa‘chila tiene grandes desacuerdos que han dado como resultado dos bandos claramente definidos en sus tesis: mantener su forma de gobierno ancestral o cambiar su sistema de gobierno.

La Nacionalidad Tsa‘chila es una organización de derecho privado, apolítica, areligiosa y no es oficialmente miembro de la CONAIE, ante la cual tienen definido su punto de vista en cuanto a los objetivos de la misma; sin embargo, se consideran parte integrante de las luchas de los movimientos sociales.

Vestimenta: Tradicionalmente, el  Hombre colorado  como  parte principal de su atuendo utilizaba un manpe tsanpá, llamado chumbillina, un sencillo corte de tela rectangular, semejante a una falda usada unos diez o quince centímetros por encima de la rodilla, con rayas en colores azul marino y blanco. Las franjas no debían tener menos de dos centímetros ni más de cuatro.

También consta el sendori, de color rojo y que lo usaba como faja, dándole dos vueltas alrededor de la cintura y ajustándolo con un nudo delantero.

 

 

Para tener cubierta la parte superior del tronco vestían el nanun panu (tela para tener al hombre). Esta prenda  de   vestir  rectangular  mide  90  centímetros  por  1.80  centímetros.  Para  asistir  a  una  fiesta tradicionalmente se ha utilizado el nanun panu especial de seda o de algodón estampado.

Como parte importante de su presentación, el hombre Tsáchila aún se rasura el cabello por la parte posterior de la cabeza hasta muy cerca de la corona, teniendo el cuidado de dejar en la parte superior el pelo muy largo al que hacían caer hacia delante, embadurnándolo con el líquido rojizo extraído del achiote. Para que el pelo quedara rígido, sobresaliendo en la frente como una sola masa, lo unta con abundante vaselina sólida (antiguamente usaban la grasa de árbol tangaré en vez de vaselina).

Para las fiestas, a más de su atuendo tradicional, el hombre de esta etnia agregaba un misilí, un adorno de algodón  de  figura circular como una especie de corona con un diámetro comprendido entre los 12 a 18 centímetros. Además, se ataviaba el cuello con cintas amarradas y sujetadas en la parte delantera con un imperdible; podían reemplazar las cintas por un Winun panu, una tela cuadrada de unos de unos ochenta centímetros por lado.

El súlulu es banda circular de plata en la cual hay unidas muchas ajorcas y que se lo ponían encima de las cintas o del winun panu.

Los colorados adornaban sus muñecas con los calatasillí, unas pulseras de plata de unos 6 a 7 centímetros de largo, amarradas en los extremos circulares con piolas. Estos adornos los empezaban a usar al momento de casarse como prueba de virilidad. Si enviudan se los quitaban en señal de luto.

La piel que no estaba cubierta por ninguna prenda de vestir se la pintaban de rojo, con mu -achiote- y de negro con mali - el huito-. Con el huito trazaban en el rostro franjas horizontales, un poco delgadas, dejando para el tronco y las extremidades el dibujo de líneas más gruesas.

Algunas de estas prendas sí las usan los tsáchilas, pero en eventos especiales como la fiesta del Kasama, no como forma común de vestir.

La MUJER Tsáchila, en cambio, aún utiliza el tunán, como prenda principal de su atuendo, que es una falda amplia en la que se alternan los colores verde, azul, amarillo y el rojo; va asegurada a la cintura. La distribución de los colores se da de acuerdo al gusto de la mujer que la usa.

El largo de la prenda depende de la edad de la mujer; si es anciana puede llegarle casi hasta los tobillos; si es joven, hasta la rodilla o aún más arriba, según el gusto de la chica. Además, antes llevaba amarrada al cuello una tela de 90 por 90 centímetros que no tiene nombre.

Como complemento de su vestuario adornaba el cuello con win (mullo), la chaquira o centecillas de vidrio que las preferían de color azul marino y rojo brillante. Por supuesto que hay mujeres de avanzada edad que no quieren olvidar su abalorio antiguo y usan entonces semillas o pepitas silvestres a las que insertan en piolas usándolas conjuntamente con el mullo.

Cuando salían antes a la ciudad decoraban su cuerpo con el negro del hito y el rojo del achiote, semejante a la pintura de los hombres. Era común, hasta hace poco tiempo, pintarse con un punto rojo de achiote en el centro de la frente y en toda la raya del cabello. No usaron nunca el achiote en el cabello, pues éste es uso exclusivo del hombre colorado.  Cuando la mujer asistía a una fiesta también usaba un cinturón de tela semejante al sendori de los hombres, que puede ser del color que la mujer prefiera, no solamente rojo.

Economía: La caza,  la  pesca  y  la  recolección  eran  las  principales  actividades  de  su  economía  de  subsistencia. Actualmente participan de la economía de mercado mediante la ganadería, la comercialización del plátano, el cacao, el café, el ecoturismo, además de la práctica de la medicina tradicional con fines comerciales.

En el trabajo de su chacra, Wita, emplean el sistema de rosa y quema que lo practican en la estación seca; cultivan  sus productos a inicios  de la estación lluviosa. El  hacha y  el  machete,  son sus  herramientas principales de trabajo.

El plátano es su principal producto del que cosechan diversas variedades. Además cultivan yuca, cacao, maní, caña de azúcar, café, ñamé, camote, pimienta, ají, achote, calabazas; frutales como piñas, chonta, papaya, coco, guaba, zapote. Estos productos son destinados primeramente a la autosubsistencia, y los excedentes a la comercialización en los mercados locales.

En su chacra cultivan además otros productos no alimenticios: plantas para la pesca como el barbasco y diversidad de plantas medicinales. El profundo conocimiento sobre el poder curativo de las plantas, es uno de los rasgos más importantes de la identidad y la cultura Tsa´chila.

 

 

Para cazar, antiguamente utilizaban la bodoquera que prácticamente ha desaparecido por el empleo de la carabina introducida por los colonos mestizos. Entre los animales que cazan podemos encontrar mono, siervo, sajino, guanta, guatuza, armadillo, oso hormiguero, cuchucho, ardilla y varios roedores, entre otros. El pecari, importante fuente proteínica, casi ha desaparecido como consecuencia de las enfermedades traídas por los caballos de los colonos; de igual manera, algunas aves están desapareciendo.

La pesca es otra actividad de subsistencia que aún tiene importancia. Pescan, entre otros, el bocachico, el campeche,  el  barbudo,  tortugas,  serpientes  de  río  y  ostras.  La  pesca  está  destinada  básicamente  al autoconsumo. Para la pesca emplean dos tipos de redes, la raya y la atarraya; trampas o "lechos de pescado" como el batán; y venenos naturales como el tote y el barbasco. Últimamente, se ha generalizado el uso de la dinamita, lo que está provocando un acelerado proceso de disminución de la población de peces y problemas de contaminación en los ríos.

Recolectan semillas y palmas de diferentes árboles como chonta, plátano, palma real, copal, papayuelo etc., además  de  una diversidad de larvas comestibles. La ganadería se ha convertido en su nuevo modelo de reproducción  económica,  especialmente el  ganado  vacuno  y  porcino, cuya  producción la venden a los intermediarios o en los mercados locales. Además, en muy pequeña proporción, se dedican a la crianza de gallinas y cuyes destinados generalmente al mercado local.

La artesanía no es una actividad que les ofrezca muchos recursos ni que tenga demanda en el mercado turístico;  su  producción, más bien, está destinada al autoconsumo. Se dedican al tallado de balsa, caña, pambil y otras maderas. Trabajan en telar de cintura el tejido de sus prendas de vestir y en menor escala la alfarería; estas actividades artesanales están casi desapareciendo como consecuencia de la introducción de productos que encuentran en los mercados locales.  El turismo se está volviendo una actividad económica muy importante entre los Tsachilas,  los cuales están iniciando la explotación de los recursos paisajísticos naturales y sitios sagrados que poseen, así como el potencial de su riqueza cultural, a fin de desarrollar esta actividad desde perspectivas autogestionarias.

La alfarería, el trabajo textil, la cestería, el cuidado de la casa, de los niños, la cocina, las chacras familiares y de los animales domésticos, así como la obtención de leña y agua, es responsabilidad de las mujeres.

 

 

Los hombres tienen como obligación las actividades agrícolas de la selva, el trabajo de tala y quema, el desbroce  del monte, la caza, la construcción de sus viviendas, de sus herramientas de trabajo, de los muebles, de los instrumentos musicales y la elaboración de redes.

No existen tabúes que impidan la participación de la mujer en las actividades productivas, por ello ayudan en la siembra y la cacería si es necesario, mientras que la pesca, la recolección y el trabajo de cestería es una actividad conjunta de hombres y mujeres.

La "minka" es una institución obligatoria que regula el trabajo colectivo; su inasistencia es motivo de sanción. Para la construcción de sus viviendas, la pesca y la agricultura, solicitan la ayuda de sus parientes, pudiendo verse la práctica  efectiva de una lógica de reciprocidad balanceada muy vigente. Para la realización del trabajo colectivo se respeta la organización comunal y las resoluciones del Cabildo.

Vivienda: Antes era una sencilla casa rectangular de 7 a 15 metros de longitud y de 5 a 10 metros de ancho. La casa era una  sola pieza. Paredes de guadua o pambil rajado. Los pilares de pambil rollizo. La cubierta de dos aguas acabada con paja denominada cade. Ahora, la mayoría de casas presentan construcciones mixtas de cemento, madera o caña guadua.

Cosmovisión: Kasama es la única fiesta que celebran los miembros de la etnia Tsáchila. En el idioma tsafiqui "Kasa" significa nuevo y "ma" día, entonces Kasama es el inicio de un nuevo día o nuevo año.

Esta festividad se dejó de celebrar durante tres décadas, pero a partir de 1998, por iniciativa de Ramón

Aguavil, se retomó esta importante celebración dentro de la etnia tsáchila.

La fiesta de Kasama, que marca el inicio de un nuevo año, que siempre coincide con el Sábado de Gloria (para los católicos), representa mucho más que para los occidentales la celebración del año nuevo. A este evento concurren todos los miembros de la etnia, de todas las comunas y es el tiempo para reafirmar las raíces, saludar a la familia, hacer las paces, desear prosperidad, etc.

Aguavil nos comenta que en antaño en esta celebración los padres de los jóvenes realizaban el pedido de la mano de una chica, los marimberos deleitaban a los presentes con su música, se tomaban bebidas especiales, se realizan peleas, etc..

 

 

En la actualidad se realizan presentaciones de danza, teatro, música y de concursos de tiro al blanco, equilibrio y natación, también demostraciones de habilidad en caza y pesca.

Costumbres

En el caso de los tsáchilas, aún hay gente que se resiste a dejar morir su cultura y lucha cada día para sobrevivir junto a la selva de cemento. Nacimiento de un niño: Antes, cuando nacía un niño, la costumbre tsáchila era cortarle el cordón umbilical con un cuchillo de guadúa o pambil y enterraban la placenta debajo del fondo del fogón de la cocina. Esas prácticas han desaparecido y hoy los bebés nacen, en la mayoría de casos, con asistencia médica.

Muerte: Otra tradición muy antigua de los tsáchilas era que cuando moría un miembro de la familia, inmediatamente el resto desocupaba la casa porque creían que el alma del difunto regresaba a instalarse en la casa.

Turismo:En la actualidad se puede visitar estas comunas y realizar turismo comunitario.

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