Idioma:Awapít. Pertenece a la familia lingüística Chibcha, forma parte del
dialecto Malla de los Sindaguas; emparentada con el Chá palaa (idioma de la
Nacionalidad Chachi), y con el Tsa‘fíqui (idioma de la Nacionalidad Tsa‘chila).
Origen: El origen de la etnia es incierto y confuso, pues los estudios
arqueológicos demuestran que el litoral, tanto
colombiano como ecuatoriano,
estaba habitado por
la cultura Tumaco.
A la llegada
de los españoles en
1525, las crónicas
dan cuenta de
grupos indígenas seminómadas
con un grado
de desarrollo muy bajo en relación a las otras etnias halladas en la
región andina.
Su localización en uno de los ejes de comunicación entre el litoral y la
meseta andina, ha influido significativamente en la conformación de su
territorio, el cual se ha visto afectado por los auges mineros, las guerras
civiles, los procesos de colonización ganadera, maderera y de cultivos
ilícitos, además de las grandes obras de infraestructura como la carretera
hacia el mar. A partir de los años sesenta, cuando se intensificó la llegada de
colonos, mineros y extractores de aceites de palma, muchos indígenas tuvieron
que reiniciar los procesos migratorios desde Colombia hacia el norte de
Ecuador.
En el Ecuador a partir hasta 1974 la nacionalidad Awá no era ―descubierta‖
oficialmente, aun cuando sus asentamientos en nuestro territorio se extienden
hacia principios del siglo XX y que los investigadores consideran como etapa
tradicional, este es el énfasis temporal propuesto.
Se trata de un pueblo altamente afectado por un conjunto de presiones sobre
su territorio, pues
Territorio Tierras Legalizadas: En el Ecuador tienen 121 000 ha de tierras
legalizadas y 5 500 ha de posesión ancestral
no legalizadas, las mismas que
constituyen un solo cuerpo perteneciente al conjunto de la nacionalidad.
Ubicación: Los Awá tienen una presencia binacional; se encuentran en
Ecuador y en Colombia, país donde se asienta la mayoría de su población en la
parte sur occidente, departamento de Nariño. En el Ecuador se encuentran en:
Costa: provincia de Esmeraldas, cantón San Lorenzo, parroquias Tululbí, Mataje
(Santa Rita) y Alto Tambo.
Sierra: (estribaciones occidentales andinas) provincia del Carchi: cantón
Tulcán, parroquias Tobar Donoso y El Chical (Maldonado); provincia de Imbabura:
cantón San Miguel de Urcuquí, parroquia La Merced de Buenos Aires y cantón
Ibarra, parroquia Lita.
Población y organización social: Cuenta con aproximadamente 13 000
habitantes, de los cuales alrededor de 3.082, se encuentran en el Ecuador.
Organización sociopolítica: Los Awá
que viven en el Ecuador están distribuidos en 22 centros con estatuto legal.
La entidad coordinadora de ellos es la
Federación de Centros Awá, miembro
de la organización regional CONAICE y de la nacional CONAIE.
Organización social: Su patrón de residencia se caracteriza por la
dispersión de sus asentamientos a lo largo de los ríos. Viven en casas separadas
entre sí, por varias horas de camino. Los asentamientos tienen un núcleo de
casas perteneciente a las personas con lazos directos de consanguinidad,
quienes a su vez ejercen funciones de dirección del asentamiento.
Conceptualmente cada casa es una
unidad económica y social distinta de unidades familiares grandes en las cuales
se consolidan las relaciones de parentesco y se crean ambientes armónicos de
curtes lazos que mantienen toda su vida. Por otra parte por el carácter público
de la convivencia y la distribución espacial de sus viviendas, se crean
demandas y límites de interacción social, esto no permite la pérdida de control
sobre las emociones y expresiones de hostilidad. Los Awá evitan las visitas,
por su carácter reservado, además por la lejanía de una vivienda a otra.
Su sistema de filiación es patrilineal y aunque el usufructo de la tierra
es individual, su trabajo se hace generalmente entre grupos pequeños unidos por
lazos de parentesco. Generalmente la persona más anciana es considerada sabio y
líder.
En su modelo de organización
política no existe una autoridad
determinada, razón por la cual los
principios de reciprocidad y las sanciones sociales juegan un papel importante.
Vestimenta: En un principio los
indígenas estaban semidesnudos,
cubiertos parcialmente con tejidos hechos
de corteza de damajagua (Poulsenia armata), con la cual también
confeccionaban cobijas. Al parecer, ellos se mantuvieron así hasta finales del siglo XIX, tal como lo
retrataron los dibujantes de E. Andrée alrededor de
1870 (América Pintoresca
1984: 64-69). No
obstante los misioneros
que siempre consideraron la
desnudez como inmoral, les impusieron un
vestido uniforme; para los hombres un camisón largo de lienzo sin botones, con
cuello alto y reforzado a la altura del pecho. Este camisón se usa por fuera
del pantalón que es del mismo material y cubre hasta la rodilla; completa el
atuendo un sombrero hecho de la fibra vegetal denominada tetera (Stromanthe
lutea); para las mujeres, una bayeta roja que se envuelve en la cintura y les
cae hasta los tobillos, otra de color similar o azul cruza por los hombros, de
modo que cubre la espalda y el pecho. Estos vestidos en la actualidad
los conservan algunos ancianos y rara vez se pueden observar.
Hoy en día los hombres y mujeres visten como los campesinos de la zona. Los
hombres utilizan camisas de colores claros, pantalones obscuros y botas de
caucho; las mujeres utilizan vestidos largos de tela sencilla confeccionados
con tela adquirida en los mercados, alternados con el uso de faldas y blusas de
manga corta, también gustan de pintarse de rojo las mejillas.
Economía: Aunque la caza fue su actividad de subsistencia tradicional, las
condiciones desfavorables de su entorno los han obligado a desarrollar otras
actividades económicas como la agricultura, la pesca y la crianza de animales
domésticos. Su sistema agrícola se centra en la técnica de ―tala y pudre―. El
principal producto es el maíz, el cual se combina con la siembra de yuca,
fríjol, caña de azúcar y plátano. En las tierras no aptas para la
agricultura, se recogen productos comestibles, plantas
medicinales y madera para la construcción. La extracción de oro de aluvión
ocupa un renglón complementario dentro de su economía.
Actualmente la mayoría
de la población
se dedica a
la cacería, pesca
y a la
agricultura para el autoconsumo (maíz, plátano, yuca); en
tiempo de cosecha, la producción también se destina al mercado.
Vivienda: Por la rigurosidad del ambiente bajo el cual vive la comunidad
Awá, la vivienda es el lugar más importante para una familia, es por esto son
construidas sobre sitios altos para drenar las aguas, durante las épocas de
lluvia. Además cuentan con un tipo de asentamiento disperso.
Las casas cuentan
con una planta
rectangular de 7
metros de ancho
por 10 metros
de largo aproximadamente, sostenida
sobre pilares de madera ya que se levanta de 1,5 a 2 metros del suelo y es elaborada
con materiales de la zona como el gualte
(chonta); su techo es de 4 aguas, cubierto de hojas de bijao. El ingreso a la casa es a través de un palo
principal en forma de gradas. La parte inferior de la casa sirve para la
crianza de animales como chanchos y gallinas, para guardar madera y plátanos.
Cosmovisión: Awá significa "hombre" y es uno de los pueblos
indígenas más desconocidos y marginados del Ecuador. Paradójicamente, es uno de
los más organizados y claros de su destino: son los últimos defensores del
bosque tropical del Chocó, en el noroccidente ecuatoriano.
Con sus mitos y creencias explican la realidad del mundo que los rodea,
regulan el orden social y destacan sus
valores culturales. Para ellos existe un mundo superior con seres imaginarios y
poderes espaciales con los que se pueden comunicar sólo a través de su magia.
Los Awa-cuaiquer como grupo social requieren regular las relaciones entre
personas y con su medio circundante, mediante un conjunto de normas que
conforman su ideología. Para asegurar su observación rigurosa, el espíritu
se vale de imágenes que simbolizan hechos no manifiestos en forma evidente. Su
papel es garantizar el cumplimiento de las reglas de juego mediante metáforas, moralejas y otras representaciones que se diluyen
en múltiples manifestaciones míticas. Así, el mundo de las creencias,
poblado de seres imaginarios con poderes especiales, es el reflejo de la
percepción de la realidad exterior y de su propia historia social. De esta
manera, todos los miembros de la comunidad se sienten vigilados por seres
superiores que premian o castigan las acciones de las personas y en suma
conducen a un proceder homogéneo que los hace comportarse como grupo (Cerón
1988: 172).
Costumbres y celebraciones: Dentro de su cosmovisión el mundo está poblado
de seres sobrenaturales. La magia cumple un papel importante al igual que la
práctica de los rituales católicos. Y se expresan a través de algunos rituales
y creencias como:
El matrimonio: Este comienza con las parejas próximas a casarse y tienen un
período de ―amaño―que puede durar varios meses, seguido por la asignación, por
parte del padre de la novia, de un terreno para que la nueva pareja construya
su vivienda y empiece a cultivar.
La construcción de la casa es un hecho trascendental para el hombre y
constituye una tarea individual que demanda trabajo duro de 3 a 4 semanas. Este
trabajo es tarea exclusiva de carácter masculino y se compara con el atributo
femenino de amamantar. No le da prerrogativas sobre los otros habitantes de la
casa, sin embargo si le da el derecho a su propiedad.
En cuanto a la veneración de los muertos es un ritual que se conserva y en
la celebración de honras fúnebres prevalece la creencia en la resurrección y la
vida eterna. Cuando un miembro de la comunidad muere lo envuelven en una
cobija, sábana o esterilla de chonta y lo velan con lámparas de kerosene o
velas. Los asistentes permanentes
callados y toman guarapo o chicha. Avanza la noche y empieza la charla y el
baile. Al amanecer entierran al muerto en un sofá que hacen debajo de la casa,
le colocan todas sus pertenencias, ropa, machete y alimentos. Además siempre le
dejan un eslabón, una lámpara y fósforos
para que el
muerto pueda hacer
fuego en la
oscuridad y desplazarse
con facilidad. En la tumba
colocan una cruz de madera y sobre ella el sombrero del muerto, un machete y
una jigra o mochila de pita. Posteriormente a esto la casa es abandonada y se
busca un nuevo sitio para construir una nueva.
Velorios: La veneración de los muertos implica la creencia en la
resurrección y el convencimiento de que a sus espíritus les compete el mundo de
los vivos, en tanto que vigilan el cumplimiento de lo deseable.
Por lo general, los indígenas de una vereda se encuentran enterados si
alguien va a morir y están a la expectativa de oír un disparo de escopeta que
anuncia ese hecho, lo cual se propaga de casa en casa para dar aviso a todos.
Cuando se reúnen los vecinos, encuentran el cadáver envuelto en una cobija,
sábana o esterilla de chonta y proceden a velarlo con lámparas de kerosene,
velas o antorchas de "imbil". Inicialmente, los asistentes permanecen
callados en una actitud de meditación y si alguien sabe rezar lo hace, ya
que tienen fe en las
invocaciones, pues aun
sin entender las
oraciones católicas están convencidos de que se trata de palabras
que establecen una comunicación con lo sobrenatural. Por tal razón, la persona
que reza es objeto de una atención especial en la medida que la práctica
religiosa da privilegios al que sirve de intermediario entre el mundo real y el
mundo mítico.
Los vecinos reunidos toman guarapo o "chapil", a medida que
avanza la noche la actitud silenciosa va cambiando hasta llegar al baile general. Al amanecer
entierran al muerto debajo de la casa; para el efecto, abren una cámara lateral
en la que depositan el cadáver. Dicha cámara se aísla con un enrejado de
tablillas de chonta y luego se tapa el hueco con tierra. La cámara es muy
amplia para que el difunto pueda cambiar de posición y quepan allí sus
pertenencias como ropa, machete y alimentos; es infaltable una lámpara,
fósforos o el "eslabón" con el
fin de que haga fuego en la oscuridad. La cabecera de la tumba se marca con una
cruz de madera y sobre ella se ubica el sombrero del difunto, otro machete y
una "jigra".
Turismo: Bosque del Chocó: Se extiende a lo largo de la costa del Pacífico,
desde el norte de Panamá hasta el noroeste del Ecuador, ha sido reconocida
internacionalmente como una de las áreas biológicamente más diversas del
planeta.
Tiene una superficie de 300.000 hectáreas. de bosque húmedo tropical
montano y contiene once de las veinticinco zonas de vida identificadas en
Ecuador.
El Chocó tiene un clima inclemente. Por la tarde, en la comunidad de El
Baboso, la niebla puede hacer bajar la temperatura ambiental a menos de 10
grados centígrados.
Flora: Presenta un gran endemismo de flora y fauna. Diferentes estudios han
registrado la existencia 6300 especies de plantas, de las cuales 1500 están en
peligro de extinción debido a la deforestación. Las especies que sobresalen de
árboles son: palmas, sande, guabas, roble, guarumo, canelo y la balsa.
Fauna: Se han registrado gran variedad de especies entre las que se
destacan peces y anfibios raros, más de 600 especies de aves, cinco especies de
felinos y cuatro especies de monos.
En estos bosques habitan: murciélagos tigrillos, cuchuchos, raposas,
venados, puercos de monte, entre las aves
más representativas están: garzas, tucanes, carpinteros, gavilanes,
colibríes. Existe también ranas, sapos y reptiles como: lagartijas serpientes y
tortugas.
Además, existen comunidades que se encuentran ubicadas en zona de
influencia de la declarada Reserva Ecológica Cayapas Mataje y en la Reserva
Cotacahi Cayapas.
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