jueves, 11 de abril de 2013

ETNIAS DE LA REGIÓN COSTA DEL ECUADOR

AWA:
Imagen:Nypawa.jpg
Idioma:Awapít. Pertenece a la familia lingüística Chibcha, forma parte del dialecto Malla de los Sindaguas; emparentada con el Chá palaa (idioma de la Nacionalidad Chachi), y con el Tsa‘fíqui (idioma de la Nacionalidad Tsa‘chila).
Origen: El origen de la etnia es incierto y confuso, pues los estudios arqueológicos demuestran que el litoral, tanto  colombiano  como  ecuatoriano,  estaba  habitado  por  la  cultura  Tumaco.  A  la  llegada  de  los españoles  en  1525,  las  crónicas  dan  cuenta  de  grupos  indígenas  seminómadas  con  un  grado  de desarrollo muy bajo en relación a las otras etnias halladas en la región andina.
Su localización en uno de los ejes de comunicación entre el litoral y la meseta andina, ha influido significativamente en la conformación de su territorio, el cual se ha visto afectado por los auges mineros, las guerras civiles, los procesos de colonización ganadera, maderera y de cultivos ilícitos, además de las grandes obras de infraestructura como la carretera hacia el mar. A partir de los años sesenta, cuando se intensificó la llegada de colonos, mineros y extractores de aceites de palma, muchos indígenas tuvieron que reiniciar los procesos migratorios desde Colombia hacia el norte de Ecuador.
En el Ecuador a partir hasta 1974 la nacionalidad Awá no era ―descubierta‖ oficialmente, aun cuando sus asentamientos en nuestro territorio se extienden hacia principios del siglo XX y que los investigadores consideran como etapa tradicional, este es el énfasis temporal propuesto.
Se trata de un pueblo altamente afectado por un conjunto de presiones sobre su territorio, pues
Territorio Tierras Legalizadas: En el Ecuador tienen 121 000 ha de tierras legalizadas y 5 500 ha de posesión ancestral  no  legalizadas, las mismas que constituyen un solo cuerpo perteneciente al conjunto de la nacionalidad.
Ubicación: Los Awá tienen una presencia binacional; se encuentran en Ecuador y en Colombia, país donde se asienta la mayoría de su población en la parte sur occidente, departamento de Nariño. En el Ecuador se encuentran en: Costa: provincia de Esmeraldas, cantón San Lorenzo, parroquias Tululbí, Mataje (Santa Rita) y Alto Tambo.
Sierra: (estribaciones occidentales andinas) provincia del Carchi: cantón Tulcán, parroquias Tobar Donoso y El Chical (Maldonado); provincia de Imbabura: cantón San Miguel de Urcuquí, parroquia La Merced de Buenos Aires y cantón Ibarra, parroquia Lita.
Población y organización social: Cuenta con aproximadamente 13 000 habitantes, de los cuales alrededor de 3.082, se encuentran en el Ecuador.
Organización sociopolítica: Los  Awá que viven en el Ecuador están distribuidos en 22 centros con estatuto  legal.  La  entidad coordinadora de ellos  es  la Federación de Centros  Awá,  miembro  de la organización regional CONAICE y de la nacional CONAIE.
Organización social: Su patrón de residencia se caracteriza por la dispersión de sus asentamientos a lo largo de los ríos. Viven en casas separadas entre sí, por varias horas de camino. Los asentamientos tienen un núcleo de casas perteneciente a las personas con lazos directos de consanguinidad, quienes a su vez ejercen funciones de dirección del asentamiento.
 Conceptualmente cada casa es una unidad económica y social distinta de unidades familiares grandes en las cuales se consolidan las relaciones de parentesco y se crean ambientes armónicos de curtes lazos que mantienen toda su vida. Por otra parte por el carácter público de la convivencia y la distribución espacial de sus viviendas, se crean demandas y límites de interacción social, esto no permite la pérdida de control sobre las emociones y expresiones de hostilidad. Los Awá evitan las visitas, por su carácter reservado, además por la lejanía de una vivienda a otra.
Su sistema de filiación es patrilineal y aunque el usufructo de la tierra es individual, su trabajo se hace generalmente entre grupos pequeños unidos por lazos de parentesco. Generalmente la persona más anciana es considerada sabio y líder.
En su modelo  de organización política no  existe una autoridad determinada, razón por la cual  los principios de reciprocidad y las sanciones sociales juegan un papel importante.
Vestimenta: En un principio los  indígenas  estaban semidesnudos, cubiertos parcialmente con tejidos hechos  de corteza de damajagua (Poulsenia armata), con la cual también confeccionaban cobijas. Al parecer, ellos se mantuvieron así  hasta finales del siglo XIX, tal como lo retrataron los dibujantes de E. Andrée alrededor  de  1870  (América  Pintoresca  1984:  64-69).  No  obstante  los  misioneros  que  siempre consideraron la desnudez como inmoral,  les impusieron un vestido uniforme; para los hombres un camisón largo de lienzo sin botones, con cuello alto y reforzado a la altura del pecho. Este camisón se usa por fuera del pantalón que es del mismo material y cubre hasta la rodilla; completa el atuendo un sombrero hecho de la fibra vegetal denominada tetera (Stromanthe lutea); para las mujeres, una bayeta roja que se envuelve en la cintura y les cae hasta los tobillos, otra de color similar o azul cruza por los hombros, de modo que cubre la espalda y el pecho. Estos vestidos en la  actualidad  los conservan algunos ancianos y rara vez se pueden observar.
Hoy en día los hombres y mujeres visten como los campesinos de la zona. Los hombres utilizan camisas de colores claros, pantalones obscuros y botas de caucho; las mujeres utilizan vestidos largos de tela sencilla confeccionados con tela adquirida en los mercados, alternados con el uso de faldas y blusas de manga corta, también gustan de pintarse de rojo las mejillas.
Economía: Aunque la caza fue su actividad de subsistencia tradicional, las condiciones desfavorables de su entorno los han obligado a desarrollar otras actividades económicas como la agricultura, la pesca y la crianza de animales domésticos. Su sistema agrícola se centra en la técnica de ―tala y pudre―. El principal producto es el maíz, el cual se combina con la siembra de yuca, fríjol, caña de azúcar y plátano. En las tierras no aptas para la agricultura,  se  recogen productos comestibles, plantas medicinales y madera para la construcción. La extracción de oro de aluvión ocupa un renglón complementario dentro de su economía.
Actualmente  la  mayoría  de  la  población  se  dedica  a  la  cacería,  pesca  y  a  la  agricultura  para  el autoconsumo (maíz, plátano, yuca); en tiempo de cosecha, la producción también se destina al mercado.
Vivienda: Por la rigurosidad del ambiente bajo el cual vive la comunidad Awá, la vivienda es el lugar más importante para una familia, es por esto son construidas sobre sitios altos para drenar las aguas, durante las épocas de lluvia. Además cuentan con un tipo de asentamiento disperso.
Las  casas  cuentan  con  una  planta  rectangular  de  7  metros  de  ancho  por  10  metros  de  largo aproximadamente, sostenida sobre pilares de madera ya que se levanta de 1,5 a 2 metros del suelo y es elaborada con materiales de la zona como el  gualte (chonta); su techo es de 4 aguas, cubierto de hojas de bijao. El  ingreso a la casa es a través de un palo principal en forma de gradas. La parte inferior de la casa sirve para la crianza de animales como chanchos y gallinas, para guardar madera y plátanos.
Cosmovisión: Awá significa "hombre" y es uno de los pueblos indígenas más desconocidos y marginados del Ecuador. Paradójicamente, es uno de los más organizados y claros de su destino: son los últimos defensores del bosque tropical del Chocó, en el noroccidente ecuatoriano.
Con sus mitos y creencias explican la realidad del mundo que los rodea, regulan el orden social y destacan  sus valores culturales. Para ellos existe un mundo superior con seres imaginarios y poderes espaciales con los que se pueden comunicar sólo a través de su magia.
Los Awa-cuaiquer como grupo social requieren regular las relaciones entre personas y con su medio circundante, mediante un conjunto de normas que conforman su ideología. Para asegurar su observación rigurosa,  el  espíritu se vale de imágenes que simbolizan hechos no manifiestos en forma evidente. Su papel  es garantizar  el cumplimiento de las reglas de juego  mediante metáforas, moralejas y  otras representaciones que se  diluyen  en múltiples manifestaciones míticas. Así, el mundo de las creencias, poblado de seres imaginarios con poderes especiales, es el reflejo de la percepción de la realidad exterior y de su propia historia social. De esta manera, todos los miembros de la comunidad se sienten vigilados por seres superiores que premian o castigan las acciones de las personas y en suma conducen a un proceder homogéneo que los hace comportarse como grupo (Cerón 1988: 172).
Costumbres y celebraciones: Dentro de su cosmovisión el mundo está poblado de seres sobrenaturales. La magia cumple un papel importante al igual que la práctica de los rituales católicos. Y se expresan a través de algunos rituales y creencias como:
El matrimonio: Este comienza   con  las parejas próximas a casarse y tienen un período de ―amaño―que puede durar varios meses, seguido por la asignación, por parte del padre de la novia, de un terreno para que la nueva pareja construya su vivienda y empiece a cultivar.
La construcción de la casa es un hecho trascendental para el hombre y constituye una tarea individual que demanda trabajo duro de 3 a 4 semanas. Este trabajo es tarea exclusiva de carácter masculino y se compara con el atributo femenino de amamantar. No le da prerrogativas sobre los otros habitantes de la casa, sin embargo si le da el derecho a su propiedad.
En cuanto a la veneración de los muertos es un ritual que se conserva y en la celebración de honras fúnebres prevalece la creencia en la resurrección y la vida eterna. Cuando un miembro de la comunidad muere lo envuelven en una cobija, sábana o esterilla de chonta y lo velan con lámparas de kerosene o velas. Los asistentes  permanentes callados y toman guarapo o chicha. Avanza la noche y empieza la charla y el baile. Al amanecer entierran al muerto en un sofá que hacen debajo de la casa, le colocan todas sus pertenencias, ropa, machete y alimentos. Además siempre le dejan un eslabón, una lámpara y fósforos  para  que  el  muerto  pueda  hacer   fuego  en  la  oscuridad  y  desplazarse  con  facilidad. En la tumba colocan una cruz de madera y sobre ella el sombrero del muerto, un machete y una jigra o mochila de pita. Posteriormente a esto la casa es abandonada y se busca un nuevo sitio para construir una nueva.
Velorios: La veneración de los muertos implica la creencia en la resurrección y el convencimiento de que a sus espíritus les compete el mundo de los vivos, en tanto que vigilan el cumplimiento de lo deseable.
Por lo general, los indígenas de una vereda se encuentran enterados si alguien va a morir y están a la expectativa de oír un disparo de escopeta que anuncia ese hecho, lo cual se propaga de casa en casa para dar aviso a todos. Cuando se reúnen los vecinos, encuentran el cadáver envuelto en una cobija, sábana o esterilla de chonta y proceden a velarlo con lámparas de kerosene, velas o antorchas de "imbil". Inicialmente, los asistentes permanecen callados en una actitud de meditación y si alguien sabe rezar lo hace,  ya  que  tienen  fe  en  las  invocaciones,  pues  aun  sin  entender  las  oraciones  católicas  están convencidos de que se trata de palabras que establecen una comunicación con lo sobrenatural. Por tal razón, la persona que reza es objeto de una atención especial en la medida que la práctica religiosa da privilegios al que sirve de intermediario entre el mundo real y el mundo mítico.
Los vecinos reunidos toman guarapo o "chapil", a medida que avanza la noche la actitud silenciosa va cambiando  hasta llegar al baile general. Al amanecer entierran al muerto debajo de la casa; para el efecto, abren una cámara lateral en la que depositan el cadáver. Dicha cámara se aísla con un enrejado de tablillas de chonta y luego se tapa el hueco con tierra. La cámara es muy amplia para que el difunto pueda cambiar de posición y quepan allí sus pertenencias como ropa, machete y alimentos; es infaltable una lámpara, fósforos o el  "eslabón" con el fin de que haga fuego en la oscuridad. La cabecera de la tumba se marca con una cruz de madera y sobre ella se ubica el sombrero del difunto, otro machete y una "jigra".
Turismo: Bosque del Chocó: Se extiende a lo largo de la costa del Pacífico, desde el norte de Panamá hasta el noroeste del Ecuador, ha sido reconocida internacionalmente como una de las áreas biológicamente más diversas del planeta.
Tiene una superficie de 300.000 hectáreas. de bosque húmedo tropical montano y contiene once de las veinticinco zonas de vida identificadas en Ecuador.
El Chocó tiene un clima inclemente. Por la tarde, en la comunidad de El Baboso, la niebla puede hacer bajar la temperatura ambiental a menos de 10 grados centígrados.
Flora: Presenta un gran endemismo de flora y fauna. Diferentes estudios han registrado la existencia 6300 especies de plantas, de las cuales 1500 están en peligro de extinción debido a la deforestación. Las especies que sobresalen de árboles son: palmas, sande, guabas, roble, guarumo, canelo y la balsa.
Fauna: Se han registrado gran variedad de especies entre las que se destacan peces y anfibios raros, más de 600 especies de aves, cinco especies de felinos y cuatro especies de monos.
En estos bosques habitan: murciélagos tigrillos, cuchuchos, raposas, venados, puercos de monte, entre las aves  más representativas están: garzas, tucanes, carpinteros, gavilanes, colibríes. Existe también ranas, sapos y reptiles como: lagartijas serpientes y tortugas.
Además, existen comunidades que se encuentran ubicadas en zona de influencia de la declarada Reserva Ecológica Cayapas Mataje y en la Reserva Cotacahi Cayapas.
 
 
 
 

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